BIENVENIDO 2024
Arranco el año, mientras la política no produjo nada relevante, el mundo
sigue en guerra, con la invasión Rusia a Ucrania y la ofensiva de Israel a
Gaza, luego de la invasión producida a su territorio, de la cual se van a cumplir
dos meses y Japón sufrió un nuevo terremoto de magnitud 7.1, el más poderoso
desde el 2011.
Pero este 2024 nos trajo una noticia recurrente a nivel policial, con algo
que ya no nos asombra, pues casi todos los veranos tenemos algún hecho que
ocupa la atención de todos los portales y canales del país, siendo el asesinato
de algún joven, a manos de alguna patota compuesta de delirantes que no miden
las consecuencias, que posteriormente al ser descubiertos, lloran alegando ser inocentes, ruegan clemencia y se desgarran las vestiduras pidiendo perdón.
Recordemos el caso de Fernando Báez Sosa, asesinado en enero del 2020 por
unos rugbiers en Villa Gesell, los cuales luego de un juicio difundido
masivamente, fueron condenados con diversas penas según su participación,
llegando algunas alcanzar cadena
perpetua.
Esta vez fue Santa Teresita el epicentro de esta locura colectiva, de la
cual aún es prematuro establecer su
causa, en donde un joven de 18 años, Tomas Tello, fue asesinado por nueve desquiciados que lo emboscaron y le dieron
muerte de una puñalada, de los cuales se sabe que dos son menores.
Por desgracia noticias de este tipo, son demasiado frecuentes, ya sea a la
salida de los boliches, donde cualquier chispa prende la mecha de un fuego de
proporciones impredecibles y que en demasiadas ocasiones se lleva vidas de
personas, que lo único que intentan es divertirse, aunque en este caso
pareciera ser una discusión originada en una playa por vendedores ambulantes.
La prevención parece absolutamente imposible, pues una palabra lleva a la
otra, elevando los insultos a las
agresiones y finalmente aparecen las víctimas fatales que en muchos casos no
participaron del hecho, que desato la tormenta.
En este caso que nos ocupa, aparece un elemento inédito, y es que entre los
detenidos se encuentra un hombre de 57 años, que sería el padre de uno de los presuntos asesinos, quien
debiera haber intentado detener esta
tremenda situación de locura y muerte.
Como de costumbre, se gastaran horas de información, buscando testimonios,
si existieran testigos, requiriendo la palabra de abogados, y como es lógico ya comenzaron las marchas de protesta delante
de la comisaria del lugar, de la gente indignada pidiendo justicia.
Si buscamos los archivos veremos infinidad de hechos de este calibre, que
ensombrecen las crónicas en los lugares de veraneo y que ojala se terminen de
una buena vez, ya sea porque se tome conciencia o que la policía haga su trabajo
previendo estos tremendos asesinatos, que se llevan vidas inocentes.
mi mail:blogvsk945@gmail.com
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