MASSA Y SUS FANTASMAS
Todo es posible en esta Argentina, tenemos un huracán que ha irrumpido de
donde menos se lo esperaba y que vaya uno a saber hacia dónde nos llevara, el
otro partido opositor, que navega en
aguas turbias por su propia inoperancia y un funcionario fundamental de este gobierno
incongruente , que es a su vez candidato a presidente para el próximo.
Es todo tan sorprendente que quien instrumenta las medidas económicas para
paliar la situación del pueblo, deberá, si gana, solucionar los descalabros en su eventual mandato.
Ya conocemos que todo lo que se está reglamentando son solo paliativos,
llamado Plan Platita, que generan más inflación, porque ya es sabido que cada
vez se necesita mayor emisión, lo cual hace que este laberinto sea casi imposible
de eludir.
Se hace difícil evitar hablar de Milei, que no tiene ningún empacho de
desdecirse a cada instante (ahora resulta que Barrionuevo no pertenece a la “casta”
y por eso pacta un acuerdo con él) o que el tema de la dolarización ya no sea prioritario,
con lo cual vaya uno a saber si llega al gobierno como se va a manejar.
Hasta resulta patético verlo, casi suplicando, el apoyo de su partido que lo ha dejado en una
soledad absoluta, rogar el compromiso de los sindicatos para sus propuestas y
tratar de arreglar el desaguisado económico, en que nos encontramos.
Todo esto, tratando de arribar a un
ballotage, del cual no se encuentra lejos en los números de las PASO, pero
claro, si es que llega , habrá que ver si el paso que el restaría es viable y
pueda convencer al resto de la sociedad, que a pesar de todo es la mejor opción.
Pero claro Massa debe transitar este camino sinuoso, es decir llegar con
sus anuncios a los que menos tienen, con una inflación del 12 %, que lleva a los
alimentos a aumentos desmedidos e imparables (solo basta ir al súper y comparar
los tickets semanalmente para comprobarlo) y si el libertario parece llegar a
la mayoría, con su dialéctica, el inefable Sergio debe navegar en aguas
turbulentas para tratar de arribar indemne a la otra orilla.
Quedan 40 días y allí veremos, cual es el rumbo que tomara nuestro amado país,
si el que gana obtiene la mayoría, o deberemos ir a las urnas nuevamente, esta
vez con solo dos postulantes.
La realidad de lo que ocurra, será otra vez otro jeroglífico que con toda crudeza podremos comprobar, ya que
las soluciones mágicas no existen y volveremos a certificar que como de
costumbre, las promesas de campaña jamás llegan a cumplirse.
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