UNA REALIDAD QUE ATERRA
Ya parece de ciencia ficción, lo que nos está pasando, el asesinato de Cecilia
en el Chaco parece tan lejano, cuando no se han cumplido tres meses y aún estamos en etapa de investigación de un
caso aberrante.
Pero claro estos últimos días, nos ha presentado una sucesión de hechos que
por desgracia tienen un resultado tragico con pérdida de vidas, lo que los hace
más terribles aun.
Por supuesto, arrancando con Morena, una niña de once años, víctima inocente de pandillas organizadas que le intentaron
robar su celular llegando a la escuela.
Por supuesto tiene toda la connotación lamentable, al ser alguien empezando
a vivir y que de pronto ve tronchada su existencia a manos de aquellos que se
dedican en forma cotidiana a buscar víctimas fáciles de sus tropelías.
Plaza Constitución, otra muestra de violencia desmedida, por otra interrupción
en el ferrocarril Roca en forma intempestiva, que afecta a miles de usuarios, por
unos pocos que protestan cortando las vías, sin importarle los daños de causan.
La reacción de la gente es comprensible, pues estos hechos
(sumados a los del subte), hace que exista una disconformidad manifiesta, que
explota ante cualquier chispa que se produzca.
Otras dos situaciones muy diferentes, que se han llevado vidas humanas: El
asesinato en Morón de un cirujano para robarle su auto, que demoro 19 segundos
en producirse y la muerte de un piquetero, por una falla cardiaca, mientras
participaba de una protesta en el obelisco.
Como no podía faltar, apareció la connotación política, que esta altura,
antes de las PASO, es ineludible y por
supuesto, no importa lo que ocurra en el conurbano bonaerense, donde ocurren
muertes todos los días, el epicentro de las protestas será en el ámbito de la
ciudad de Buenos Aires, que es feudo del PRO y de un aspirante a ser a presidente.
Pero como todo esto tiene que ver con el enorme espectro de declaraciones,
el oficialismo, ante una posibilidad de derrota, se aferra a expresar que todo
esto será lo que nos espera si pierden en Octubre.
Aún no hemos llegado a ser Ecuador, con el asesinato de un candidato a la
presidencia, pero no les quepa duda que
estamos siendo caldo de cultivo para engendrar el peor caos imaginable, con
consecuencias impredecibles.
Ojala exista alguien que pueda calmar las aguas turbulentas en donde nos
estamos moviendo!!!!!
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