EL PLACER DE VIAJAR EN SUBTE
Los que tenemos la obligación de viajar al centro
de la ciudad, ya sea por trabajo, por hacer alguna gestión o tener una visita
al médico, sabemos perfectamente que el medio más rápido es el subte.
Por la ubicación de mi domicilio, tengo el enorme placer de
utilizar la línea B, que en la actualidad por razones sindicales, se encuentra
en conflicto desde hace varias semanas y funciona con demoras en su frecuencia, mayores
a la habitual.
Tuve que tomarlo la semana pasada, bajo un calor sofocante,
que ni el aire acondicionado de los coches lograba atenuar, siendo hora pico la
frecuencia entre cada formación rondaba los 10 minutos, por lo que la gente que
esperaba eran cuatro filas en la estación y que al llegar prácticamente se
tiraban de cabeza para poder ingresar, esto produjo que dentro del subte, prácticamente
eramos una lata de sardinas, y cada uno trataba de acomodarse de la mejor manera
posible.
Por supuesto, que esto no es privativo de este medio, pues
quienes viajan en tren pasan por algo parecido y deben hacer malabarismo para
llegar indemnes a su punto de destino.
Quienes viajamos asiduamente, sabemos de lo que hablo, las
mujeres que por cuidar sus pertenencias sufren todo tipo de vejaciones, con
individuos que buscan acercarse para manosearlas y que algunas por pudor solo
intentan sacárselos de encima, sin protestar u otras en especial las jóvenes que
por tener una mente más abierta, no se quedan calladas y manifiestan a viva voz
lo que están pasando.
Para los hombres no es más fácil el viaje, pues la gran cantidad
de punguistas que pululan, hace que debamos estar atentos para no ser víctima
de algún robo y aquí también hablo por experiencia, pues los he sufrido durante
estos años varios eventos, con sustracciones de dinero, celulares o documentos y no es por
falta de cuidado, pues estos individuos tienen todo estudiado y aprovechan
cualquier descuido para hacer su negocio, (en otra nota si les interesa puedo
hacer un detalle de cómo actúan).
Todo esto es pan de todos los días y por supuesto que
cualquier tipo de seguridad, parece no ser suficiente, pues las quejas que se
escuchan son de todo calibre y demasiado
habituales.
Los argentinos, pareciera que nos acostumbramos a todo y aceptamos sin chistar todo lo que nos pasa (en Francia han salido dos millones a protestar por lo que consideran una injusticia), mientras que que aqui, solo los piqueteros y aquellos que son pagados y traidos para manifestar, hacen un poco de ruido que no conduce a nada positivo.
Si quieren dejarme una opinión o comentario de alguna
experiencia que les haya tocado, en cualquier medio de transporte o lo que deseen pueden escribirme al mail : blogvsk945@gmail.com
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