El crimen de Fernando un hecho que se debe tomar en cuenta

LOS BOLICHES UNA BOMBA DE TIEMPO

Las sentencias producidas en los dos casos que sacudieron a la opinión pública, como son los crímenes de Fernando Baez y Lucio Dupuy, han sacado a la palestra los sentimientos que la sociedad tiene muy arraigados y que periódicamente salen a la superficie para   mover los cimientos de los argentinos.

Por desgracia y refiriéndonos a lo que sucede en los boliches todas las semanas, son hechos reiterados, que explotan ante un acontecimiento sangriento  y que la juventud, lamentablemente, produce en forma continua.

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“Las peleas en lo boliches volvieron a ser protagonistas en un enero cargado de tensión.

En las últimas semanas pudieron verse muchos casos que no terminaron como el de Baez por pura suerte.  Puede servir de ejemplo el del jugador de basket del  Racing Club, Alfieri Fresno, que fue atacado por una   una patota en la ciudad de Mar del Plata. También el que se dio en San Pedro, Buenos Aires, que fue el escenario de una pelea, que pudo terminar en tragedia, pero gente ajena al enfrentamiento lograron separarlos al grito de " Lo vas a matar,! parà!  

Cada día, a la espera de una noticia de este tipo.a tres años del crimen   de Fernando Baez Sosa y en medio de las audiencias que marcaron las sentencias de los acusados por su homicidio, pareciera ser que nada cambio o que todo se olvido. Un pais atento durante el dia a lo que ocurre en Dolores, pero que a la noche parece  olvidarse y sigue como si nada"

Esta crónica es un ejemplo muy claro de la situación que se vive en los boliches, en los cuales los jóvenes actúan con total irresponsabilidad, sin tomar  conciencia que la mecha puede prenderse en cualquier momento y hacer volar en pedazos todas las medidas de prevención, ya sea por la carga de alcohol, la efervescencia de su conducta o el deseo de divertirse  sin medir consecuencias.

A pesar que cada vez existen mayor cantidad de cámaras que los filman, en el momento que se produce cualquier riña nadie, las toma en cuenta y en definitiva solo servirán para que quede constancia del hecho ocurrido y no para evitarlo.

Por desgracia esta sentencia ejemplificadora, pasado el tiempo, quedara en el olvido hasta que otro suceso sangriento saque a la luz alguna otra noticia que sacuda a la sociedad y volvamos a entristecernos por familias destrozadas,  que deberán subsistir sin remedio ni consuelo.