LA SEQUIA INFERNAL
Nuestro país se encuentra sumido en una sequía histórica, que ha dejado a
todos los cultivos en una situación extrema y al borde del colapso total ya que se nutren de la lluvia para poder crecer y
ser cosechados en su justo punto.
El ciudadano común, que está alejado de las zonas rurales, ve poco este flagelo
que a la larga repercutirá en sus bolsillos, pues la merma en las cosechas será evidente
y el ganado no podrá ser alimentado como es debido, con el consabido impacto en
la inflación ante la falta de estos insumos esenciales para nuestra vida diaria.
“La falta de lluvias y el impacto que
ya está teniendo en la campaña de soja y maíz volverá muy complejo el escenario
cambiario previsto para este año, incluso más que en 2021, que tuvo a la
escasez de divisas como protagonista con lo que ello implicó en términos de
restricción de importaciones, actividad e inflación.
En el Gobierno mantienen el optimismo y sostienen que ahora
llegará el agua y mejorará la ecuación, pero en el sector rural y entre las
consultoras económicas mantienen la señal de alerta por lo que implicaría para
la economía una fuerte caída en las exportaciones agrícolas, en el actual
contexto de falta de divisas..
La cosecha gruesa bajaría a 42.000 millones en 2023, lo que
implicaría una caída de 5,8 por ciento y las exportaciones caerían el 21% “
Estos números que son muy graves para los analistas, que decir para
nosotros que vemos como diariamente afecta
los bolsillos, son aún peores, dado que tarde o temprano los veremos reflejados
en los precios de las góndolas en los supermercados.
Se podrían recopilar más artículos sobre este tema, pero todos
apuntan a reflejar la situación extremadamente grave en que se encuentran nuestros
campos.
Quizá la naturaleza se apiade de los argentinos y las lluvias
que deberían ser abundantes, riegue nuevamente los campos y nos bendiga en las cosechas y en el engorde de los animales, tan
necesarios para nuestra alimentación.
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